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Cariño malo… las peores cosas que puedes hacer en un día como hoy

Sí, hoy es el día de los enamorados, día del amor, de San Valentin o como sea que lo entendamos. Nada más lindo para hoy entonces que pasear con su amad@ de la mano, regalarle las estrellas y el futuro; la vida misma fundida en un intenso amor, acorasado para cualquier circunstancia; la vida, el futuro, los hijos, la casa, los viajes juntos. Para los otros, los menos afortunados, aquellos que saben que hoy juega Bayer Leverkusen con Barcelona; o aquellas que todo su plan se remite a salir en bicicleta buscando liberar la energía sexual acumulada (eso, si es una soltera ortodoxa). Bueno, para ell@s va esta columna.

Hoy lo más probable es que a más de alguien de nuestro círculo no podremos molestar, porque seguro tiene un día de planes con su novi@, por tanto, nuestra vida continúa en paralelo; de alguna forma es el día de los solter@s también. Los bandos están en juego. Estar de uno y otro lado es consecuencia de nuestras vidas y las fichas que hemos lanzado de buena o mala forma. O bien, estamos solos porque así lo decidimos (aunque sabemos que esto último siempre es una mentira).

Si estamos solteros en un día como hoy es porque posiblemente en alguna etapa de nuestra cronopia existencia cometimos algunos de los errores más habituales del día de San Valentin. Por ejemplo:

En un día como hoy, en una época que pintaba mejor en tu vida, le pediste “Pololeo” y te dijeron que no.

Típico. Tendemos a creer que fechas como éstas traen implícito un “Sí, quiero” a cualquier propuesta amorosa que conservamos durante tiempo. De alguna forma creemos que hoy todos quieren ser pololo de alguien. La tarde parece perfecta, la conversación fluye, te gastaste tus únicas 5 lucas para hacerla pasar una buena tarde, tomas aires, recuerdas las palabras exactas que ensayaste toda la noche, le pides pololeo y te dicen: “No, pero no es porque no te quiera, es que no quiero perderte como amigo”. Mala idea declararse en un día como hoy.

Justo ese día te fueron infiel

En un día como hoy te diste cuenta que tu novia no se comporta de manera normal, está nerviosa y te despacha rápido. Luego miras sobre su hombro y te das cuenta que el peluche sobre la mesa no es tu peluche, y que despedirse a las 4 de la tarde hasta el otro día es bien raro. En este caso, es mejor que entiendas rápido el mensaje.

Que se te olvide el día de San Valentin

Puede ocurrir más frecuentemente de lo que piensas. El día es un 14 de febrero, vísperas de un 15. En realidad ni eso sabes… solo que es verano, que buscas la chance de estar solo con tu pareja tal como un día sin relevancia. O peor aún, programaste una salida con tus amigos y no la ves hasta el siguiente día. Jamás viste a la mujer que ese 14 de febrero se levantó, se vistió y se depiló especialmente para ti. Obviamente, en ese siguiente día: estás fuera!

Aquí se juntan dos peores cosas, olvidar el día de los enamorados, y te patean por lo mismo.

Que a tu pareja se le olvide el día de San Valentin

Te levantaste, te bañaste, te lavaste los dientes, incluso no fumaste, te cuidaste de las cosas que comiste resguardando el aliento, te pusiste la camisa planchada y esparciste un poco de perfume – a lo casual – incluso… esos pelitos que se asomaban en la nariz los sacaste de cuajo – lágrimas incluidas -, mandaste a tu mamá donde sus hermanas y…. ELLA NUNCA LLEGÓ. La llamaste y está de peseo con sus amigas. Había olvidado el día de “San Valentin”. Cooperaste.

Si te queda algo de dignidad, sabrás que lo que hiciste ese día será lo último que habrás hecho por esa ingrata.

Justo te enfermaste

Enfermo de matapasiones estar enfermo en un día como hoy. De todos modos una buena prueba para los enamorados. Si te apañan, tu novia tendrá que bancarse estar con un estropajo sobre la cama; una auténtica bomba viral expansiva de mocos y saliva. Si te botan por esto, no la puedes culpar.

Te pasaste de copas

Comenzaste el día como un ganador, un galán, un Schumacher. La llevaste a los mejores sitios, le compraste todo lo que te pidió, fuiste respetuoso y le dedicaste palabras bonitas. Fuiste romántico como el Hugh Grant que toda mujer busca; pero terminaste la noche como zapato. La torpeza comenzó en la cena tomándote todos los aperitivos que pudiste mientras esperabas el plato (esa mala costumbre que tienes con tus amigos); luego el vino, que si bien correspondía de acuerdo al menú, una botella no necesariamente es para uno solo y no necesariamente tienes que tomartela solo. Luego, en la fiesta, como se te había calentado el hocico, seguiste con el ron, como acostumbras con el “guatón Muñoz” el “Flaco Pérez” y el “Loco Larri”. Le diste jugo al cantinero, te pusiste violento con el guardia, te tiraste al dulce con otras minas, te peliaste con otros pololos, vomitaste en el baño y la remataste con la frase: “Vamos mijita que se lo voy a proponérselo”… Nooo, mal.

Al siguiente minuto estás solo, tirado, con suerte un par de pesos suficientes para volver a casa – si lo recuerdas – y una soltería que seguro te va a durar un buen tiempo. Luego intentarás salvar la situación diciendo, “Es que me puse nervioso”.

No improvises el regalo

Si siempre fuiste pésimo para las artes plásticas o artes manuales, ahora no es el momento de improvisar, menos si no sabes qué improvisar. Un par de envases de yoghurt y unos palitos de helados unidos con un cordón y huincha aisladora, no necesariamente es una obra que represente el amor de dos personas. No sea cagón. Siempre hay algo de dos lucas que por último lo pueden salvar. Si no tiene plata y está empecinado con la idea, planifique su diseño, busque consejos y revise casos similares; piense y sueñe en la idea, si mantener su relación es su objetivo. Para todo lo demás, existe Mastercard, dicen.

Somos9 saluda afectuosamente a todos los solteros en el día de los enamorados. Si no tiene a quien amar, ámase a usted mismo.

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